En los sistemas de refrigeración industrial se utilizan diversos metales, cada uno con propiedades y ventajas específicas. La selección y aplicación de los agentes de tratamiento químico adecuados son cruciales para evitar la corrosión, minimizar los depósitos y maximizar la eficacia del sistema. Este artículo examina los metales más comunes utilizados en los sistemas de refrigeración, sus propiedades y las medidas químicas que deben adoptarse para protegerlos.
Índice
Importancia de los metales en los sistemas de refrigeración
Los metales desempeñan un papel fundamental en los sistemas de refrigeración por su conductividad térmica, estabilidad mecánica y durabilidad. La selección y el tratamiento correctos de los metales son cruciales para evitar la corrosión y garantizar la eficacia del sistema de refrigeración.
Metales típicos de los sistemas de refrigeración
Acero
El acero se utiliza mucho en los sistemas de refrigeración industrial, sobre todo en tuberías y depósitos. El acero ofrece una buena resistencia mecánica, pero es susceptible a la corrosión, sobre todo en presencia de oxígeno y cloruros.
Cobre
El cobre se utiliza a menudo en intercambiadores de calor, ya que ofrece una excelente conductividad térmica. Sin embargo, el cobre es susceptible a la corrosión en ambientes ácidos y alcalinos y en contacto con compuestos de amoníaco y azufre.
Aluminio
El aluminio se utiliza en torres de refrigeración y evaporadores porque es ligero y resistente a la corrosión. Sin embargo, es sensible a las soluciones alcalinas y a los entornos con cloruros.
Acero inoxidable
El acero inoxidable se utiliza en sistemas de refrigeración que requieren una gran resistencia a la corrosión. Ofrece una excelente resistencia a una amplia gama de ataques químicos, pero es más caro que otros materiales.
Tratamiento químico y medidas de protección
Inhibidores de la corrosión
Los inhibidores de la corrosión son esenciales para proteger las superficies metálicas de los sistemas de refrigeración. Forman una capa protectora que protege el metal del ataque oxidativo. Los inhibidores de corrosión típicos incluyen fosfatos, silicatos y compuestos orgánicos. Es importante tener en cuenta que algunos inhibidores pueden ser inadecuados para metales específicos.
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Estabilizadores de la dureza
Los estabilizadores de dureza evitan la precipitación de carbonato cálcico y otros depósitos minerales. Esto es especialmente importante en sistemas con altas temperaturas y dureza del agua para mantener la eficacia de la transferencia de calor.
Agente dispersante
Los dispersantes mantienen los sólidos en suspensión e impiden su sedimentación. Son importantes para evitar la acumulación de suciedad, productos de corrosión y material biológico.
Biocidas
Los biocidas se utilizan para controlar el crecimiento de microorganismos como bacterias, algas y hongos. Evitan el ensuciamiento biológico y protegen el sistema de ataques biológicos.
Tratamiento ejemplar de algunos metales y compuestos químicos
El acero y su tratamiento
El acero es susceptible a la corrosión general y a la corrosión por picaduras. El uso de inhibidores de la corrosión como nitritos y fosfatos puede proteger eficazmente el acero. Los dispersantes ayudan a evitar la deposición de productos de corrosión, mientras que los biocidas controlan el crecimiento biológico. Sin embargo, los fosfatos deben evitarse en sistemas con un alto contenido de oxígeno, ya que pueden provocar depósitos.
El cobre y su tratamiento
El cobre puede corroerse por el oxígeno, los compuestos de azufre y el amoníaco. El benzotriazol y el toltriazol son inhibidores eficaces de la corrosión del cobre, que forman una capa protectora en su superficie. Los estabilizadores de la dureza y los biocidas complementan la protección. Sin embargo, deben evitarse los biocidas que contengan cloro, ya que pueden acelerar la corrosión del cobre.
El aluminio y su tratamiento
El aluminio es resistente a la corrosión, pero sensible a los ambientes alcalinos y a los cloruros. Los inhibidores de silicato proporcionan protección formando una capa protectora en la superficie del aluminio. Es importante controlar el pH del agua y utilizar dispersantes para evitar los depósitos. Deben evitarse los fosfatos y los estabilizadores de dureza fuertemente alcalinos para prevenir la corrosión.
El acero inoxidable y su tratamiento
El acero inoxidable es resistente a muchos ataques químicos, pero es susceptible de sufrir grietas por corrosión bajo tensión en entornos con cloruros. Los inhibidores que contienen molibdeno pueden proporcionar una protección adicional. La aplicación regular de biocidas previene las incrustaciones biológicas, mientras que los estabilizadores de dureza y los dispersantes controlan los depósitos y la suciedad. Los cloruros deben reducirse al mínimo para evitar el agrietamiento por corrosión bajo tensión.
Resumen y recomendaciones
Seleccionar el metal adecuado y el tratamiento químico apropiado es crucial para el funcionamiento eficaz y duradero de los sistemas de refrigeración. Los inhibidores de la corrosión, los estabilizadores de la dureza, los dispersantes y los biocidas desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento y la protección de estos sistemas. Un tratamiento químico específico puede prevenir eficazmente la corrosión, los depósitos y la contaminación biológica.
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